Oficina Solidaria CMB

El sábado 24 de noviembre al mediodía, un grupo de voluntarias y voluntarios del Colegio de Médicos de Bizkaia encabezados por el presidente, Cosme Naveda, y formado por miembros de su Junta Directiva y del equipo de trabajo del CMB, se unió al grupo musical Taberna Ibiltaria para animar a la ciudadanía de Bilbao a cantar por las calles Lersundi, Heros y la plaza de Jado dentro de la iniciativa Bilbotik Abesten.

El proyecto consistió en ofrecer un cancionero con las 29 canciones que Taberna Ibiltaria tenía previsto interpretar para que todas las personas que lo desearan pudieran sumarse a cantar en grupo. Casi todas canciones en euskera, ya que los de Taberna Ibiltaria tienen como objetivo pasarlo bien y hacer que quienes estén a su lado también lo pasen bien mientras contribuyen al fomento de la cultura vasca.

A cambio del librillo, el grupo del CMB solicitaba una aportación voluntaria que se destinará íntegramente a UNICEF Comité del País Vasco, la ONG presidida por Isidro Elezgarai, que no se perdió el evento, al igual que tampoco lo hizo otro de los miembros de su Junta Directiva, Ignacio Ágreda.

La primera parada fue el bar Singular, de Lersundi. Allí, a la una en punto, el grupo comenzó a tocar atrayendo a un número importante de personas que se fueron congregando a su alrededor. Justo en ese momento llegó Jordi Albareda, el creador de Fair Saturday, para unirse al evento y saludar a Cosme Naveda, con quien intercambió un buen rato de charla a la que se unió Isidro Elezgarai.

Tres cuartos de hora después, Taberna Ibiltaria recogió sus bártulos y se encaminó a la entrada del bar Monty, en la calle Heros, el segundo de los establecimientos colaboradores. Allí siguió la fiesta, que en esta ocasión no pilló desprevenido al responsable del bar, bien preparado después de la experiencia de 2017, cuando por primera vez en su historia, se encontró sin suficientes vasos limpios debido a la afluencia de clientes en el momento en el que Taberna Ibiltaria y el CMB pararon allí.

A las dos y media, el grupo se dirigió a la plaza Jado, para montar sus micrófonos, altavoces e instrumentos frente al bar La Ramona. Allí el rato de música y fiesta se alargó hasta las cuatro de la tarde. Personas procedentes de diferentes países, algunas de Francia y de Alemania, cantaron y bailaron junto con la ciudadanía de Bilbao durante unas horas este último sábado de noviembre que cada vez está más lleno de cultura y solidaridad.

Foto: Ignacio Ágreda